Aupa peña! Yo al cuadro ese de Frau le pondría de nombre "el vuelo ontológico". Marisofi(sta) de Ordizia, qué gusto ver que volviste! Yo cambio de tercio para hablaros del último trabajo que he entregado (luego seguís con el arte y la izquierda y el poder).

ANTOÑICO


Este personaje es San Antonio, o Antonio Abad, o Antonius der Grosse (el Grande); o, como lo llamo yo, Antonio el Zorrico. El tío se fue al desierto (eremos, en griego), a tener con Dios línea directa. Allí se montó su chalet o celda, y esperó pacientemente 20 años a que la gente viniera a adorarle y embadurnarle de mantequilla. Así es como se llenó el desierto y la montaña de celdas monacales (pues había nacido el monacato; por cierto, sobre todo de desarrapaos y "criminales" que venían huyendo de otros lugares, baina hau beste historia bat da). La cosa es que Antonio se sintió un poco confundido con sus adoradores. Era un pillo, y como pillo se dio cuenta de que la sabiduría es algo de lo que te expropian en un santiamén. Vio que sus discípulos querían entrar en su celda y luchar contra sus demonios, y que de esto a tener que repartir el tan bien ganado (pues su ascética era de las jodidas) nombre de "sabio" había un periquete. Total que "cuando se vio acosado por muchos e impedido de retirarse como eran su propósito y su deseo, e inquieto por lo que el Señor estaba obrando a través de él, pues podía transformarse en presunción, o alguien podía estimarlos más de lo que convenía", se fue al desierto arábigo a cuidar el monopolio; sitió al que llamó "montaña interior". A la "montaña exterior" (el desierto tebaico que ya se había llenado de peña) sólo volvía para recibir su ración de adoración y echar el discursito. Más que nada, sobre cómo había encontrado la verdadera sabiduría lejos de todos, en la montaña interior. Eta hala bazan... AM